25 de mayo de 2011

Profundiza con...

Armando Pelayo
Profesor de música del IES Rusadir

¿Cuándo comenzó su trayectoria como músico?
Empecé a los ocho años a estudiar piano. Y la verdad es que era muy difícil antes, porque en Melilla no había conservatorio, no había nada. Teníamos que ir al Conservatorio de Málaga y de repente tocar ante cuatro o cinco señores de un tribunal que no te conocen de nada. Gracias a Dios aprobé y terminé a los dieciséis años la carrera de piano. 

¿Y como profesor?
Pues mira, hace diez años, estaba ya bastante cansado del estrés de mi trabajo. Porque aunque es muy bonito salir a un escenario, detrás de eso hay un trabajo bastante duro ensayando para que todo salga perfecto. La verdad es que estaba ya muy cansado de ir tanto de carrerilla, y como en Melilla no había nada de teatro, decidí quedarme aquí, en mi tierra, donde nací. Como tengo mi carrera de piano, me preparé las oposiciones, me saqué el CAP y aquí estoy, trabajando encantado.

¿Qué le inspira para hacer tantas cosas?
No lo sé… Me gusta hacerlas. Yo siempre doy un consejo a la gente joven: que se dejen llevar por lo que quieran hacer. Mi trabajo para mí no ha sido nunca trabajo. Incluso venir al instituto. Yo estoy encantado de enseñar a mis alumnos, de haber subido a un escenario, y de haber hecho todo lo que he hecho. ¿Por qué? Porque me gustaba.

Armando Pelayo en el estreno del espectáculo Semos chicas Almodóvar.
Feria de Melilla, 2009
¿Alguna vez ha pensado en retirarse de todas estas actividades que realiza?
No, el día que me retire será porque no pueda; pero no, de momento no me voy a retirar de nada. Te explicaré una cosa: cuando monto un espectáculo, lo que tengo es la ilusión de hacerlo. Eso te va a mantener siempre joven. La ilusión es lo que te va a hacer llegar a más; cuando pierdes la ilusión pierdes la vida.

El profesor Armando en la biblioteca del centro

¿Qué idea le llevó a escribir su primera canción?
Lo primero fue un musical que hicimos en Madrid. En Madrid éramos los más modernos, y nos juntamos un grupo de gente muy imaginativa. Era la movida, aunque entonces no sabíamos ni cómo se llamaba. Había músicos, pintores, escritores... Y montamos un musical. Yo hice la música y la historia, que era de unos que iban a la luna y tal… Era muy divertida. 

¿En qué año fue?
Fue en los años 70. Lo que pasa es que las fechas ya no… Ahora que lo pienso, sería en 1975. 

¿Qué edad tenía entonces?
Uff... Taitantos años (risas). Yo termino mi carrera de piano con dieciséis años, cosa que ahora no se puede hacer, y me voy a Madrid. Grabo mi primer disco con un grupo que se llamaba Los Archiduques. Después me fui a Helsinki, a Finlandia. De allí a Estados Unidos, donde estuve mucho tiempo. Después de Estados Unidos, a Puerto Rico y Miami. Así que mi vida ha sido un constante ir y venir de todo.
Los Archiduques

Hacíamos giras de tres meses, volvíamos a España a descansar y te vuelves a marchar otra vez. Era una sensación un tanto extraña y también dolorosa, porque me tiraba dos años viviendo en un país, y de pronto tenías que dejarlo todo para irte a otra parte. 

¿Nos podría hablar del grupo Barrabás?
Barrabás fue una experiencia estupenda porque cantábamos en inglés todos. Entonces en aquella época la música española era muy simplona, y nosotros salíamos con una música así como muy americana, muy afro, muy discotequera. Los medios nos decían que no cantásemos en inglés. Se enfadaban, y nos decía que no llegaríamos a número 1, pero la evidencia era aplastante: éramos número 1 en toda Europa y éramos nº 1 en Estados Unidos, pues a la fuerza teníamos que ser número 1 aquí.


Armando Pelayo (a la derecha) , cuando formaba parte del grupo Barrabás
(segunda etapa, años 80)


Nosotros hicimos muchas giras, una experiencia agradable, pero llega a un momento en que te lo pierdes todo: te pierdes la familia, la pareja, los amigos, porque estás trabajando. También tiene sus cosas buenas: te llevan de aquí para allá, conoces a gente importante…

¿Y por qué se separó un grupo de tanto éxito?
No nos hemos separado nunca. Nos mantenemos en contacto, pero hay mucho cansancio: en aquella época nos tirábamos tres meses de gira, descansas una semana y no disfrutas de nada. Por eso decidimos dejarlo de momento, y hasta hoy.

¿Con cuantos famosos ha estado trabajando?
Muchos: Massiel, Rocío Dúrcal, Bertín Osborne, Raphael, Sara Montiel, Lolita... Con muchísima gente. De mi época, con todos los mejores.

Don Armando con Sara Montiel en un homenaje a la artista
 
¿Con quién se ha encontrado más cómodo?
Con todo el mundo. Soy una persona abierta, positiva y con sentido del humor. Me he llevado bien con todos.


Si alguien con pocos recursos económicos le pidiese ayuda para prepararse profesionalmente en el mundo de la música, ¿le ayudaría?
Siempre lo he hecho. No ahora, porque en Melilla estoy montando cosas de teatro, no musicales. Pero en Madrid... Hombre, yo tengo un caché como pianista, pero me dicen: “No te puedo pagar como en otras obras, pero necesito un pianista como tú”, y he grabado discos con ellos. Lo he hecho siempre que he podido.

Para concluir, ¿cuál es el último trabajo que está haciendo?
Lo último en teatro ha sido Los monólogos de la vagina, que la estrenamos con mucho éxito. Ahora estoy preparando un espectáculo de copla para junio que lo haremos en el Auditorio, todo con gente de Melilla. Y después va a otra obra de teatro también con gente de Melilla.

¿Podría participar en esa obra cualquier melillense como actor, o es solo para profesionales?
Sí. Porque lo importante para un artista es pasar el casting. El casting significa que eres la persona idónea para ese papel.

Los monólogos de la vagina
último montaje teatral dirigido por don Armando 
(2011)

No hay comentarios: